El quilt de Cami

Proyectar un quilt puede ser un placer, o una complicación.

Cuando no tenemos tanto lugar, a veces se complica la elección de telas. Las sacamos de las cajas o los cajones, revolvemos todo, y después nos cuesta ordenarlas nuevamente. Sacamos colores que nos parecen engamados, pero cuando acercamos las telas, nos damos cuenta que los azules son de gamas distintas. Algunos coinciden, otros parecen violetas; algunos rojos combinan, otros se parecen más al bordó.

Finalmente, encontramos la combinación que nos gusta. Así nomás, que nos gusta.

Los quilts con muchas opciones, pasan a ser artísticos. Otros son utilitarios. Me quedo con esta opción.

Luego de cortar los cuadrados, los combinamos con blanco, a pedido de su destinataria.

La falta de lugar, siempre agudiza la imaginación. Usando los extremos de cada cuadrado, los intercalamos buscando el diseño que quedará como definitivo, previo paso por la máquina de coser.

Luego armamos el "sanguchito": tela de atrás, guata (americana), top, y los sostenemos con alfileres de gancho.

Y lo quilteamos con hilo de algodón egipcio...a mano.

Acá, el quilt de Cami terminado.

Y acá, Cooper disfrutándolo.