El quilt de Lucas

Cuando los chicos se van a la universidad, y comienzan la etapa en que tienen que vivir solos, empieza una nueva vida.

Podemos acompañarlos desde lejos, como en este caso. Desde Buenos Aires, Argentina, hasta Middlebury, Vermont, Estados Unidos.

Primero elegí el logo de la universidad y respeté sus colores.

Aproveché un degradé de telas de Jo Ann (Chicago), y un Jelly Roll (tiras de telas ya combinadas presentadas como una torta).

Busqué un patrón geométrico, para hacer un quilt masculino. Podría ser un bloque Fence Rail o digamos que Medio Fence Rail.

Antes de coser las tiras horizontales, las enumeré todas para ahorrar tiempo.

Mi profesora Cecilia Koppmann de Patchwork & Cia me enseñó esa técnica de cosido ininterrumpido.

El quilt iba tomando forma.

Fotocopié el logo inverso de la universidad en papel de transferencia, luego lo apoyé

Sobre la tela y lo transferí con la plancha.

Luego de probarlo en varios lugares, lo coloqué en una esquina.

Hice el quilting a mano sobre las costuras, y le puse un borde que formé cosiendo todos los restos de telas de colores.

Y aquí...los dueños del quilt terminado.

Mi amiga Mica

Tengo una amiga, Mica, que va una escuela que sólo trabaja con materiales ecológicos y amigables con el entorno.

Por eso, cuando comenzó Mica primer grado, surgió la tarea de hacerle un morral de tela. Sin uso de plástico, ni metal, ni dibujos hechos con tinturas. 

Asi que, manos a la obra!

Pero como no podía ir solo el morral desde Buenos Aires a Bariloche, en la Patagonia, decidí que lo acompañaría un gato.

Asi que, otra vez manos a obra!

Pirmero armando cada una de las partes, el cuerpo, la cabeza, y luego rellenándolo con bellón.

Así quedó el gato.

Y asi viajaron, acompañados, hasta Bariloche.

Mientras tanto, iba juntando y tejiendo una manta al crochet, con punto de abuelita.

Los colores se mezclaban alocadamente primero, y pensadamente después.

Pasaron bastantes meses entre el comienzo y el final de la labor.

Algunos ya habrán reconocido que esta colcha forma parte de las primeras fotografías de este blog (ver arriba a la derecha).

Cuando llega el momento de hacer el borde de las colchas es donde la labaor se complica.

No en vano existen cientos de libros que solamente publican puntos para bordes.

Parece que el borde nunca combina con la colcha; porque es delgado, porque los colores no son los mismos; por lo que sea.

Pero finalmente, quedó completo.

Incluidó el picot en verde inglés.

La colcha "abuelita" también viajó a Bariloche.

Porque mi amiga Mica tiene el living ideal, con el sillón ideal, para tirarse a mirar tele, en una tarde ideal de frío, y abrigarse con la colcha.

¿No es cierto Mica?

Te quiero, linda.

Tu amiga, Sandra.

Abrazo de abuelo

En la vida vamos conociendo personas. De las buenas y de las otras.

Entre la buenas estaba el abuelo Tito.

Acá lo vemos en la foto cuando era bebé. Noten la manta dobre la cual está sentado, muy linda.

La vida pasó...y el abuelo Tito también.

En ese momento, se me ocurrió guardar algunas de sus camisas, para que algún día se transformen en un quilt.

Durante un tiempo fue difícil trabajar con ese material. Muchos recuerdos se cruzan en la cabeza cuando se cose y quiltea con la ropa de quien ya no está.

Hasta que llegó el día en que alguien iba a disfrutar de ese trabajo.

Así que...manos a la obra!!!!

Benjamín, su nieto más chico, era el elegido para disfrutar de esas camisas guardadas.

Transformé la tela en cuadrados, las combiné, y para evitar horas y horas de recuerdos mientras quilteaba, preferí anudar con hilos de distintos colores las esquinas de los bloques.

El tiempo pasó, y hoy -septiembre/2013- Benjamín redescubrió el quilt, y pudo conocer su historia.

Aquí van las fotos, para que conozca un poquito más de esa historia, y pueda sentir cada vez que se abriga con ese quilt un "abrazo de abuelo".

Muñeca amish

Recorriendo el Festival Internacional de Quilt de Chicago, USA, encontré en un stand una oferta.

El stand era de quilts antiguos...

La oferta consistía en dos muñecos de paño, con 5 patrones para coser su ropa...

Compré la oferta , y la traje a Buenos Aires.

Algunos de los moldes para la ropa estaban ya cortados. 

El molde de los muñecos estaba incluido, además de venderme dos muñecos listos para vestir.

Hacer muñecos es un arte.

Parece fácil y rápido, cuando en realidad requiere tiempo, paciencia y habilidad.

Aqui el resultado final de la muñeca.

Las muñecas amish no tiene cara por creencias religiosas.

Hasta la próxima labor.

Los nietos

Ya hablamos de los nietos en otras oportunidades, pero esta vez parece distinto. Explico.

Una tiene amigas de muchas edades; 10 años más; 10 años menos; compañeras de trabajo que van por su primer hijo; compañeros que ya van casando a los suyos; y así sigue la lista.

Pero todo ello no se compara con que una compañera del colegio, la que creció con nosotras, la que pudo haber sido nuestra compañera de banco, la del grupo 14.000.000 (por el DNI), SEA ABUELA.

Es fuerte. Bueno, eso es lo que pasó.

En el proceso, posterior al casamiento, fuimos acompañando las historias de ser suegra, organizadora de fiesta, compradora de vestido blanco, elegidora de joya para la novia -porque se va de casa, porque se casa-.

Luego nos tocó vivir el proceso del embarazo. Y durante él empecé a tejerle al bebé por venir, una mantita.

Pregunté el color, eligieron lila/violeta, igual que el color de la habitación que preparaban para el bebé.

Sería nena, Camila.

Fuerte.

Mi hija se llama igual!!




Se fue formando la mantita con dos hebras de cashmilon, aguja nº 6, 112 puntos.

Punto: pancitos de 14 puntos en jersey de 14 hileras; luego se invierte el punto.




Para terminar, una puntilla con aguja nº 5 de crochet, con dos hebras de cashmilon.

Primero una vuelta de medio punto todo alrededor, haciendo en las esquinas tres (3) puntos bajos en el mismo punto -para que el tejido gire-; y en la vuelta siguiente: un punto bajo, salteamos dos puntos y en el siguiente hacemos 6 baretas -punto alto-, salteamos dos puntos y tejemos un punto bajo.

Voilá, la mantita para Camila.







Y aqui, Camila, su mamá y su abuela, mi amiga de los 14.000.000.

Tarde de baberos.

Coser para otros es siempre un placer. Coser para bebés es una delicia placentera.

Estos baberos fueron hechos a mano. 

Cortamos toalla para la parte de atrás, y para el frente elegimos el mejor estampado que tenemos. Los bebés se tienen que lucir. Las telas hay que disfrutarlas, no guardarlas para el proyecto ideal (ya que para éste saldremos a comprar nueva tela, no nos engañemos).

Cosemos derecho con derecho, dejando una abertura, por la que damos vuelta la labor. 

Pasamos por el derecho una costura a 5mm del borde, y listo.

Entre paso y paso, planchamos el trabajo para que quede prolijo.

Cosemos broches metálicos o de plástico, para que sea más fácil poner y sacar el babero al bebé.

O si tenemos las herramientas necesarias, podemos ponemos un broche a presión.

Luego envolvemos los baberos prolijamente, y los regalamos!

Chicago

En junio se realizó en Chicago, Illinois, Estados Unidos, el Festinal Internacional de Quilt.

Allá fuimos.

La exposición contaba con algunos quilts ya expuestos en el Festival Internacional de Quilt de Houston en octubre/noviembre de 2012, y de otros como este.

Quilteado a mano, con botones forrados -uno por uno-, y bordados en punto atras con hilo perlé.

En Chicago se hizo famoso el Cow Parade, esa exposición de vacas (cows) pintadas que pudimos ver hace unos años en Buenos Aires, en Puerto Madero.

En el Festival de Quilt, el Cow Parade también tuvo su lugar.

Día de los Muertos

Carmen Miranda

Otros quilts que impactaron.

Un paseo por Chicago, la ciudad de Barak Obama, el actual presidente de los Estados Unidos.

Impecable.

Los trenes CTA cruzan las calles sin barreras, usan puentes.

Nos divertimos en la calle.

Mas de la exposición.

Rug Hooking en un stand.

Y la bolsa de paño de lana para hacer la alfombra.

Stand con quilt antiguos.

Gracias Chicago, ciudad del jazz. Espero volver a verte.