sábado, 5 de octubre de 2013

Mi amiga Mica

Tengo una amiga, Mica, que va una escuela que sólo trabaja con materiales ecológicos y amigables con el entorno.

Por eso, cuando comenzó Mica primer grado, surgió la tarea de hacerle un morral de tela. Sin uso de plástico, ni metal, ni dibujos hechos con tinturas. 

Asi que, manos a la obra!

Pero como no podía ir solo el morral desde Buenos Aires a Bariloche, en la Patagonia, decidí que lo acompañaría un gato.

Asi que, otra vez manos a obra!


Pirmero armando cada una de las partes, el cuerpo, la cabeza, y luego rellenándolo con bellón.

Así quedó el gato.


Y asi viajaron, acompañados, hasta Bariloche.



Mientras tanto, iba juntando y tejiendo una manta al crochet, con punto de abuelita.



Los colores se mezclaban alocadamente primero, y pensadamente después.


Pasaron bastantes meses entre el comienzo y el final de la labor.

Algunos ya habrán reconocido que esta colcha forma parte de las primeras fotografías de este blog (ver arriba a la derecha).


Cuando llega el momento de hacer el borde de las colchas es donde la labaor se complica.

No en vano existen cientos de libros que solamente publican puntos para bordes.

Parece que el borde nunca combina con la colcha; porque es delgado, porque los colores no son los mismos; por lo que sea.

Pero finalmente, quedó completo.


Incluidó el picot en verde inglés.



La colcha "abuelita" también viajó a Bariloche.

Porque mi amiga Mica tiene el living ideal, con el sillón ideal, para tirarse a mirar tele, en una tarde ideal de frío, y abrigarse con la colcha.


¿No es cierto Mica?


Te quiero, linda.





Tu amiga, Sandra.